Preservar la identidad

"La memoria nos ayuda a iluminar el presente y a generar el futuro en la vida de los pueblos y en nuestra propias vidas […], se fue construyendo con el tiempo, entre luces y sombras…”

Imagínense a un niño en su hogar, armando un árbol genealógico para el colegio, preguntándole a sus padres sobre quiénes son los que lo conforman. Eso está bien para alguien que conoce a sus antepasados y puede comunicarse con ellos para saber más todavía. Pero, ¿si en realidad no conocen a sus abuelos? ¿Si no saben quiénes son sus padres? No poseen una memoria sobre ello, porque no tienen qué recordar.

Alrededor de 30.000 personas de todas edades y condiciones sociales, hombres y mujeres, secuestrados, torturados, privados de su libertad y de sus derechos fundamentales. Los niños y bebés apropiados durante la época del Proceso de Reorganización Nacional, por las familias militares, vivieron sin saber quiénes eran sus verdaderos padres. Hombres y mujeres que también desaparecieron y perdieron a sus hijos. Abuelos y abuelas que perdieron hijos y nietos. Y no saben quiénes son, ni de dónde vienen.

La identidad no sólo nos pertenece a cada uno como individuo, sino que también está presente en la sociedad. Es un derecho que nos distingue de los otros, de tener un nombre con el cual identificarnos, y que nos identifique. Fue reconocida como derecho en 1989 cuando fue incorporada a la Convención de los Derechos del Niño.

“1. Los Estados se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas.

2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de los elementos de su identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia y protección apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad.”

Y eso gracias a que existe gente que no se conforma con que la identidad se reconozca como derecho, sino que lucha para que todos puedan ejercerlo. Y en Argentina, existe una organización que actúa por eso, las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. Incesantes en su trabajo y su búsqueda de esas personas para reincorporarlas a sus familias biológicas. En todos estos años han logrado localizar a 95 niños desaparecidos.

Mientras algunos siguen buscando, otros ni siquiera saben que la identidad que creen tener no les pertenece, pero tampoco quienes lo saben se los dicen. Por eso mismo también estas organizaciones exigen un castigo para todo aquél que le niegue su identidad a otra persona.

Pero muchas personas saben lo importante que es sentirse identificado, e intentan demostrarlo con canciones, con poemas, fotografías, murales. Es una manera de expresarse y plasmar el sentimiento por la identidad.

Palabras textuales de un nieto que recuperó su identidad en Octubre del 2000:

"Hubiese sido terrible para mí transcurrir la vida desconociendo quién era en realidad e ignorando a los que tanto me amaban y me estaban buscando. Mi vida, ahora, transcurre normal. Me siento una persona completa. Siempre me sentí incompleto, hasta el día en que conocí a mi viejo, me conocí a mí, descubrí quién era, cuál era mi verdadero nombre".

Camila, Arias 2do.3ra.PByS